Un ramo de claveles
Un clavel.
Mis iris.
Egoístas. Arañados.
Un clavel.
En un clavel generoso y aterciopelado
los sembré,
y con pinceladas de brillantes colores
han brotado desde que tú…,
desde que tú los has regado
con el mágico calor de tu sonrisa.
Dos claveles.
Mis sueños.
Despiertos. Muy despiertos.
Dos claveles.
Con dos claveles de pesadillas muertas
los perfumé,
y en eternas noches de acogedora luna llena
me han embriagado desde que tú…,
desde que tú los has mecido
con el estrellado destello de tu aroma.
Tres claveles.
Mi piel.
Rencorosa. Desierta.
Tres claveles.
Con tres claveles inocentes y rebosantes de pétalos
la acaricié,
y bajo soleadas tempestades entregadas
ha nevado desde que tú…,
desde que tú la has adornado
con el arco-iris azul de tu mirada.
Un ramo de claveles.
Mi corazón.
Bohemio. Cansado.
Un ramo de claveles.
En un ramo de claveles de una primavera vital
le encerré,
y en un abrazo de verdes mares
ha navegado desde que tú…,
desde que tú me has besado…