OTRO AMANECER INVERNAL EN PLENO VERANO
Los áridos rayos de luz que atraviesan la persiana, el caliente café recién hecho, el humo cruel del cigarrillo que incendia mi garganta… Todo quema. ¿Todo? Todo no, lo sé, pero me da miedo comprobarlo. No obstante, lo hago, y con su simple roce se congela mi mano… porque la parte que te corresponde en nuestra almohada continúa fría, helada. Otro amanecer invernal en pleno verano. Otro amanecer que no quiero compartir con tu ausencia. Por tanto, buenas noches.